Florerías en París
Los mercados en París son paseos que nos invitan a deleitar todos nuestros sentidos.
Es maravilloso conocer lugares, recorrer los sitios turísticos por excelencia, pero también los otros, aquellos no tan conocidos, por donde la gente que transita es propia del mismo barrio. De ese pueblo, que también tiene tiendas y distintos almacenes donde comprar de todo aquello que se utiliza en la vida diaria.
Este es el modo de conocer mejor o más de cerca a las distintas sociedades, su idiosincrasia, sus distintos cultos, su forma de ser.
Si bien no llegamos a conocernos profundamente, hay una relación de prudencia y acercamiento a la vez que hace que, con respeto, distintas culturas se unan para comunicarse.
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Un exquisito mercado de flores ambientado en la ciudad misma de París
Es infinito el gusto que se adquiere al sentirse parte de esa sociedad, estar integrado con esa otra cultura.
Porque, aunque se viva en el país vecino, siempre nos queda mucho por conocer.
Es por esto que, nada menos que en París, (y, por supuesto, luego de conocer los típicos circuitos turísticos), se me ha dado por «ir de compras».
Caminando por las atractivas callecitas parisinas me he encontrado con grandes florerías, enormes viveros en donde no sólo venden flores.
También hay verduras y hortalizas para plantar en el jardín o simplemente saborear en unas deliciosas ensaladas.
Abiertas a toda hora e iluminadas por el sol o los focos de la noche, hacen que esas veredas se luzcan por sí solas, con un dejo de destellos bohemios que forman parte de su cultura.
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Diferentes mercados en París
En este recorrido de mercados en París he dado con distintas verdulerías y fruterías donde también se puede apreciar el artesanal jugo de cítricos sin agregados ni conservante alguno. Se prepara en el acto y está listo para beber.
Queserías donde las hormas son verdaderas miniaturas para degustar en un solo bocado.
También son de destacar las rotiserías ambientadas entre uvas y calabazas y, en especial las vinerías.
Allí quesos, jamones, embutidos y conservas se unen para estar apetecibles. Todos ellos acompañados por el aceite de oliva que hace lo propio. Un aderezo que deleita con tantas exquisiteces, varias de ellas francesas y otras tantas españolas, como en este almacén.
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Al alejarme apenas de los obligados circuitos turísticos, quise adentrarme a conocer más del corazón de este pueblo.
En el camino fueron apareciendo diferentes tipos de tiendas, ventas de frutas y de carnes.
Las ferias en París
También hay que considerar las ferias, que a diario se arman en distintos lugares de la ciudad. Ëstas son un claro y típico ejemplo de frescura y sabores asociados a las costumbres del lugar. Tal vez no tan distintas a las nuestras en cuanto a comidas se refiere, pero sí en tantas otras cosas.
Todo esto, por supuesto, sin olvidar las chocolaterías, con sus riquísimas biscuits y sus famosos macarons
Y el típico aroma de las boulangeries donde las croissants hacen su auténtico y tradicional acto de presencia.
Claro está que disfrutar de un exquisito panqueque dulce o salado frente a la Torre Eiffel hace que cualquier persona se sienta como en su casa.
Parecido más a una ruta gastronómica, este recorrido por los mercados en París ha sido una forma de acercamiento para mostrar que, por ser París uno de los lugares turísticos más emblemáticos de todo el mundo, con una identidad y un sello propio, siempre está dispuesta a cautivarnos con la nobleza de su alma interior. En definitiva, París es todo aquello que te puedas imaginar y mucho, mucho más.
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